domingo, 24 de febrero de 2013

#laaccion Autoridades locales y cooperación al desarrollo (I)


#laacción es lo que normalmente precede a la reflexión. Se dan casos en los que tal natural orden se invierte, pero son los menos. Afortunadamente. No es coña. En realidad, pensar sobre lo ya hecho afila la intuición para la próxima vez. Y la intuición es esencial cuando se quiere tomar la decisión correcta con el menor porcentaje de información disponible. Es decir, antes que los rivales lo hagan o la realidad te imponga una diferente salida. Acertar cuando se tiene el 100% de la información es sencillo, pero siempre se llega tarde. Acertar en un porcentaje del 40% de las ocasiones con el 60% de la información es un mal rendimiento. Acertar un 70% de las veces con solo un 30% de la información es lo que te da ventaja sobre tus rivales y, más importante, sobre la realidad. Esta serie recoge intervenciones públicas, generalmente sobre asuntos políticos (perdón por haber nasío).
 



Contribuciones para la Mesa Redonda 2 (Autoridades regionales y locales y desarrollo sostenible). 2º Assises de la cooperación descentralizada. Bruselas, 29 y 30 de marzo de 2011 (I)
 
            El Libro Verde de la Comisión “Política de desarrollo de la UE en apoyo del crecimiento integrador y el desarrollo sostenible” (COM (2010) 629 final) señala como uno de sus objetivos el impulso de la integración regional, de modo que los procesos de crecimiento económico y desarrollo humano en el interior de estos espacios tengan como referencia el proceso europeo. No se trata de exportar modelos, desde luego, eso sería puro eurocentrismo, sino de explicar los logros europeos asociados a nuestro proceso continental de integración económica y política. Pero el Libro Verde pasa de puntillas sobre tan trascendental asunto y prácticamente sólo se concentra en señalar la necesidad de coherencia entre la política comercial de la UE y su política de cooperación para el desarrollo. Desde este punto de vista, es un texto francamente decepcionante. Y, además, en uno de los aspectos en los que también las autoridades regionales y locales de la Unión Europea tienen mucho que aportar.
 
            Por otra parte, el Libro Verde parece ser reflejo de la tradicional esquizofrenia de la Comisión en la producción de documentos. El Libro Verde se presenta para consulta abierta a finales de 2010, sólo dos años después de la Comunicación de la Comisión a las demás instituciones sobre “Autoridades locales: Agentes del desarrollo” (COM (2008) 626 final). En esta Comunicación se contiene una decidida apuesta por las autoridades regionales y locales europeas como actores principales de la cooperación al desarrollo. Además del análisis, correcto, sobre la falta de información y el riesgo de fragmentación, la Comisión propone “extraer los primeros elementos de una estrategia de respuesta que permita la capitalización y maximización de la experiencia de las autoridades locales como socios en política de desarrollo” y “regular y cuantificar esa evolución y sentar las bases de un enfoque coordinado para la implicación estructurada de las entidades locales en la política de cooperación para el desarrollo. Un enfoque estratégico a escala de la UE facilitará una participación más coordinada de las Autoridades Locales en la política de desarrollo de la UE y permitirá reconocer al mismo tiempo el principio de subsidiariedad”. Mas concretamente, la comunicación propone expresamente, aunque de un modo disperso:
-la “elaboración de un marco para las AL como agentes de desarrollo” (sin atreverse a decir que se trate de un marco “jurídico”),
-la conveniencia de una “mayor representación” de las AL en la política de desarrollo de la UE y en los países beneficiarios (p.e. en los grupos de donantes de fondos),
-“participar en debates y acciones concretas de los que han sido excluidas” (p.e. sobre la eficacia de las ayudas),
-“el establecimiento de un diálogo estructurado sobre política de desarrollo” de la Comisión y las AL (quizá, se apunta, “con el auspicio del Comité de las Regiones” y en forma de “asambleas anuales”),
-“desarrollar herramientas específicas que harían posible la participación de las AL en este diálogo estructurado” y entre ellas,
-“elaborar directrices operativas para aumentar el nivel de implicación de las AL en la programación y entrega de ayuda al desarrollo y en el diálogo político a nivel regional y europeo”.
-“establecer mecanismos para poder informar sobre la cooperación al desarrollo de manera más eficaz” (p.e. el atlas de cooperación descentralizada, un compendio de buenas prácticas o un Observatorio),
-“que la UE apoye la puesta en práctica de una plataforma de intercambio de información siguiendo el modelo de una ‘bolsa de valores’ auspiciada por el Comité de las Regiones”.
 
Es, como vemos un programa político ambicioso y razonablemente fundado. Sería de espera que, a partir de este documento, ninguna propuesta de la Comisión sobre la materia olvidase a las AL como agentes indispensables de la cooperación europea para el desarrollo.
 
(Cont.)

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