martes, 22 de enero de 2013

Identidad extremeña. La Fala entre la lingüística y la política.

      La Fala es la denominación común con la que designamos a tres dialectos parcialmente diferentes que se hablan en Valverde del Fresno, Eljas y
San Martín de Trevejo, en la Sierra de Gata cacereña. Las teorías sobre su origen y su fundamento lingüístico son diversas, desde quien defiende su origen asturleonés, hasta las tesis del portugués arcaico, pasando por varias conexiones con el tronco galaico portugués del que luego surgieron esas dos lenguas modernas. No es una lengua escrita, no está normativizada y los pocos textos que hay son contemporáneos, redactados con la forma de transcribir que a cada autor le ha parecido. Este es un asunto importante, porque se va a pretender normativizar la fala y ese es el punto culminante del proceso: si se emplea la grafía gallega para escribirlo estaremos empujándolo hacia allá, mientras que si se utiliza la grafía portuguesa u otra, estaremos cuestionando la asimilación con el gallego. En fin, si fuera sólo un debate académico, sería una cosa interesante pero sin mayor repercusión más allá del propio fenómeno.
 
          Lo que pasa es que el debate científico está siendo contaminado por cuestiones políticas. Así, todo el mundo nacionalista gallego, el político y el académico, tiene un especial interés en asimilar la fala al gallego sin más. Y la prensa gallega habla con frecuencia del “gallego que se habla en Extremadura” o de los “niños extremeños que hablan gallego”,contribuyendo así a fijar una imagen distorsionada de la verdadera naturaleza de la fala. Los lingüistas gallegos, señaladamente los de la órbita del nacionalismo, están dando soporte a esta pretensión asimilacionista con sus trabajos académicos, que defienden esa casi identidad basándose no sólo en argumentos lingüísticos sino también históricos, una supuesta colonización de esa sierra por gallegos en algún momento de la reconquista, sin muchas bases científicas para probarlo. Y siguiendo el típico discurso nacionalista comienzan a dibujar a esos pueblos como unos lugares remotos, desatendidos por las autoridades extremeñas, abandonados a su suerte, resistiendo cual "aldea gala" a una supuesta desatención sobre su lengua. Y ellos, claro, se ofrecen para la redención. Ellos hablan en documentos públicos que exhiben que tienen que “hacer efectivo el ejercicio de los derechos lingüísticos de la población”, como si aquí la fala estuviera prohibida o reprimida.
 
 
 
 
Pero:

-La Fala no es gallego. No es eso lo que dicen los expertos. Es verdad que hay muchas teorías, pero ninguna dice que sea gallego sin más. Las que más se acercan dicen que es un dialecto que proviene del tronco común galaico portugués del que salen también, además de La Fala, el gallego y el portugués modernos. Para cualquiera que lo estudie es obvia la diferencia, en el vocabulario, en las terminaciones, en la presencia de muchos leonesismos, etc. Otra cosa es que, como simplificación periodística, el Galicia se hable con evidente falta de propiedad de “gallego”, sin más.

-Defender que La Fala es gallego es pretender acabar con La Fala. En el momento en que eso se admita, ya no existiría la fala como esa joya perdida y preservada, diferente de todo, sino que sería sencillamente un enclave del gallego, como esos pueblos fronterizos de Zamora o de Asturias, en los que no se habla de algo diferente del gallego. Aquí sí, aquí hablamos de algo diferente, por eso se estudia por tantos investigadores, porque es algo peculiar, diferente del gallego, diferente del portugués y diferente del asturleonés. Y no queremos que esa joya se pierda por asimilación con una de las lenguas hermanas, sino que queremos que se mantenga con toda su pureza, sin asimilaciones lingüísticas y mucho menos políticas

-Pero, con absoluta independencia de las teorías de unos y otros, lo que está claro y es innegociable para nosotros es que La Fala es patrimonio cultural extremeño y que por tanto le corresponde su cuidado a las autoridades extremeñas. Eso es irrenunciable. Son las instituciones extremeñas las que cuidan del patrimonio extremeño, sea éste del origen que sea. No admitimos que la alcazaba de Badajoz sea cuidada por un gobierno árabe sólo porque tenga ese origen. La sierra de Gata no es un espacio del tercer mundo que requiera la cooperación al desarrollo de otra Comunidad Autónoma, ni en el sentido económico ni en el cultural.

-La Fala está perfectamente cuidada en y por Extremadura. En primer lugar se ha declarado Patrimonio Inmaterial por parte de la Junta, que se obliga a su conservación y difusión. Nuestras instituciones han editado en estos años pasados varios volúmenes con estudios sobre el fenómeno. También se ha participado en un programa europeo de lenguas minoritarias para la difusión y conservación de la fala en las escuelas. El Gabinete de Iniciativas Transfronterizas organizó hace años el primer gran congreso científico sobre La Fala, ámbito en el que se escucharon todas las tesis hasta entonces desarrolladas desde la lingüística. Pero sobre todo está el dato que tanto admira a los gallegos, que es una lengua viva que se habla todos los días en la calle y en la familia y que no necesita los fórceps de una política lingüística como sí parece necesitar el gallego. La Fala goza de una excelente salud, y eso es lo que asombra a muchos estudiosos gallegos que la ven con envidia. A lo mejor de lo que se trata es sencillamente de no meter tanto la cuchara y dejar que siga siendo esa joya cotidiana que usan esos tres pueblos. Aquí no hacen falta políticas de superación de antiguas represiones o invocaciones de derechos a hablar que nunca se han limitado.
 
 

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